Tai chi para mayores
Los beneficios de las artes marciales para los mayores de 60 años
23 dic 2009 Françoise Angrand
Los beneficios de las artes marciales para los mayores de 60 años
23 de diciembre de 2009 Françoise Angrand
Las diversas patologías físicas o fisiológicas asociadas al envejecimiento no son en absoluto una contraindicación para practicar tai chi chuan con regularidad. El tai chi se adapta especialmente bien al mantenimiento físico, fisiológico y nervioso de las personas mayores de 60 años: desde hace unos diez años, numerosos estudios han demostrado que las etapas del envejecimiento se ralentizan y que algunos trastornos son incluso inexistentes en los practicantes regulares.
Sin embargo, los profesores deben estudiar esta cuestión y adaptar sus métodos de enseñanza y ciertos aspectos de su forma al grupo de edad de 60-90 años. Tai chi y patologías osteoarticulares
El síntoma que se observa con más frecuencia en las personas mayores, y que les hace dudar de su capacidad para practicar tai chi, se refiere a los dolores articulares: reumatismo, artrosis, tendinitis, capsulitis, etc. Estas patologías (que también existen en personas más jóvenes) se deben al deterioro del cartílago y a la inflamación de los tejidos periféricos.
El problema es que el reflejo de la mayoría de las personas es dejar de moverse para detener el dolor. Esto conduce a un círculo vicioso: cuanto menos se mueve, más se "fosiliza" la articulación; cuanto más se bloquea, más duele al moverse; cuanto menos se mueve, más se relajan los músculos;
Practicar tai chi tonifica suavemente los músculos, los hace más flexibles y favorece la distribución del líquido sinovial en las articulaciones. Aunque durante las primeras sesiones cuesta superar el dolor, resulta que tras una hora de movimiento, el dolor desaparece. Al cabo de unos meses, notará una mayor amplitud de movimiento.
El Tai chi mejora el equilibrio El intenso trabajo de "enraizamiento" fortalece las piernas y los muslos, y devuelve flexibilidad y fuerza a la articulación de la cadera. Las posturas verticales, con una base sólida en el suelo, dan a todo el cuerpo una sensación de centrado y estabilidad.
Sabemos que las personas mayores son propensas a las caídas, debido a la pérdida de propiocepción (sensibilidad de las terminaciones nerviosas bajo los pies y deterioro de las funciones de equilibrio del oído interno). El Tai chi estimula intensamente esta propiocepción, y la lentitud de los movimientos permite a los practicantes volver a aprender a escuchar su cuerpo y sus posturas, y hacer las correcciones necesarias para mantener la verticalidad.
Recuperan una gran confianza en sí mismos y en su propio cuerpo, que vuelven a aprender a controlar. Mejora de la circulación
A medida que envejecemos, nuestra capacidad respiratoria disminuye: nuestra respiración se desplaza cada vez más hacia arriba, haciéndose cada vez más corta, hasta nuestro "último aliento". La respiración lenta del tai chi obliga al practicante a llevar la respiración cada vez más abajo, a inflar cada vez más los pulmones, gracias a una mejor amplitud del diafragma. Reoxigenar el cuerpo ayuda a ralentizar el envejecimiento del cerebro, la piel y todas las células en general.
Los estudios también han demostrado una notable mejora de la presión arterial en pacientes hipertensos, y una mejor circulación sanguínea en general. Mantener la función cerebral La pérdida de memoria asociada al envejecimiento es innegable: el sistema nervioso envejece, y la actividad intelectual no es tan intensa a partir de los 50 años, porque hay menos aprendizaje que hacer (excepto en las personas que han mantenido su intelecto toda la vida).
El tai chi es una buena alternativa a los "talleres de memoria" que surgen en todos los centros gerontológicos, porque hace trabajar el cerebro y el cuerpo al mismo tiempo, de forma divertida. Las secuencias de tai chi deben aprenderse y recordarse por partes, una tras otra, a lo largo de meses o incluso años.
Los tres o seis primeros meses son muy difíciles de memorizar, pero después el progreso es muy rápido, como si la máquina, una vez en marcha, volviera a empezar. Prótesis de cadera y rodilla No hay contraindicaciones para practicar taichí con prótesis articulares; basta con que el profesor se asesore seriamente con un fisioterapeuta para adaptar ciertos movimientos a estos casos específicos.
Después de una operación, el tai chi ayuda a restablecer más rápidamente el entorno muscular que ha sufrido como consecuencia de la incisión. Salud mental y equilibrio psicológico La práctica en grupo -y no nos cansaremos de repetirlo- ayuda a personas de todas las edades a reintegrarse en una comunidad. El aspecto intergeneracional del tai chi es un factor esencial para nuestros mayores, que sufren de aislamiento e inactividad.
También en este caso, los estudios demuestran que la práctica regular del tai chi en grupo mejora el sueño, reduce el estrés, devuelve la confianza en uno mismo y fomenta el entusiasmo por la vida. De los 7 a los 97 años, el tai chi es una gran escuela para aceptar a los demás y compartir el espacio, todos unidos en la misma respiración y la misma concentración. Y en eso consiste el equilibrio: en mantener tu autonomía física al tiempo que conservas tu lugar en el mundo que te rodea.